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Al mirar las exportaciones argentinas, los complejos agroindustriales como la soja, el maíz o la carne, en general atraen la atención de la mayoría de las miradas. A pesar de esto, en la última década el complejo pesquero argentino ha logrado consolidarse como el octavo complejo exportador del país, generando divisas clave para la economía nacional y sosteniendo miles de puestos de trabajo en todo el litoral marítimo. 

Según datos del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) y la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca, en el año 2024 el sector pesquero exportó 2.007 millones de dólares, ubicándose detrás de los complejos tradicionales como el agro, el petrolero/petroquímico, el oro y la plata y la industria automotriz. Y siguen a la pesca los complejos del girasol y los lácteos. Este posicionamiento visibiliza la preponderancia que tiene la industria pesquera en las provincias con litoral marítimo, y en particular en Buenos Aires, Chubut y Santa Cruz, generando miles de puestos de trabajo y alimentando un engranaje y encadenado productivo vital para el desarrollo de las comunidades. 

Las principales pesquerías, los destinos y valores de referencia.

Como ya mencionamos en notas anteriores, si bien la República Argentina tiene diversificada la matriz pesquera en varias pesquerías, hay tres especies que ocupan el podio en términos de relevancia gracias a su volumen de capturas, generación de empleo y, naturalmente, exportaciones.  

  • Langostino (Pleoticus Muelleri): es la estrella de esta actividad. Durante el 2024 se exportaron 154 mil toneladas representando casi 990 mil millones de dólares. El valor de referencia por tonelada fue de 6.418 dólares en promedio para todas sus presentaciones, mientras que el Langostino entero representó el 60% de éstas, con un valor de referencia de 5.600 dólares la tonelada.
  • Calamar (Illex Argentinus): En el año 2024 se exportaron 145 mil toneladas, representando más de 370 mil millones de dólares. El valor de referencia por tonelada fue de 2.553 dólares en promedio para el calamar entero y sus subproductos, aunque el calamar entero representó el 92% de las exportaciones de esta especie, con un valor de referencia por tonelada de 2.465 dólares.
  • Merluza Común (Merluccius Hubbsi): Con relación a este recurso se exportaron 125 mil toneladas, representando casi 320 mil millones de dólares. El valor de referencia por tonelada fue de 2.530 dólares en promedio, incluyendo a todos los productos y subproductos de esta especie, destacando que el filet de merluza congelado representó el 57% de las exportaciones de la especie, con un valor de referencia de 3.200 dólares la tonelada.

Por su parte, España, China y Estados Unidos representan los principales destinos de las exportaciones pesqueras de nuestro país, seguido por Italia, Japón, Brasil y Corea del Sur. Entre los cuales reciben casi el 70% de las exportaciones pesqueras de la República Argentina. 

Los principales desafíos de una actividad con arraigo federal

La actividad pesquera en su conjunto genera 100 mil puestos de trabajo, de forma directa e indirecta, abarcando plantas de procesamiento, astilleros, proveedores de servicios, puertos, marinería, transporte, logística, entre otras. En este sentido, esta actividad posee una perspectiva de desarrollo federal, marcada entre otras cosas, por las zonas de concentración de las diversas pesquerías, y que se vuelve crucial para el crecimiento de comunidades enteras que, directa o indirectamente, dependen de esta industria, y que, sin lugar a duda, su evolución sostenida y constante ha significado que, cuando un eslabón de la cadena entra en crisis, se ponga en juego un encadenado mucho mayor. 

Finalmente, nos permitimos pensar que la industria pesquera en la República Argentina tiene algunos desafíos importantes, tales como la alta dependencia a mercados internacionales, como vimos con los destinos de las exportaciones, dificultades de competitividad frente a otros productos que, como el Vannamei, son de calidad inferior que el Langostino argentino pero que gana mercados dado su bajo precio y volumen, los conflictos suscitados por la falta de acuerdos laborales, las presiones tributarias y fiscales, entre otras.